Machismo, inocencia y fe
Wadjda (Waad Mohammed) es una niña que desea tener una bicicleta, pero su madre no la deja, porque en su país, Arabia Saudita, está mal visto que una niña ande en bici debido a que podría "manchar su honor". Dicho sin eufemismos, podría perder su virginidad. Luego de intentar sin éxito juntar el dinero necesario, en su escuela de niñas se organiza un concurso para elegir a la alumna que conozca y recite mejor el Corán, abriéndole la posibilidad de cumplir su sueño con el dinero del premio.
La ópera prima de su directora Haiffa Al-Mansour, el primer largometraje filmado íntegramente en ese país, utiliza este inocente argumento para mostrar cómo una mujer vive y crece en un país teocrático islámico, en donde el machismo está tan enraizado en su cultura que se presenta casi como dogma de fe.
Las mujeres en esta cinta deben salir cubiertas a la calle, no pueden ser vistas caminando con hombres que no sean miembros de su familia, no pueden manejar y necesitan contratar choferes para que las lleven a todos lados, son casadas en matrimonios arreglados, deben cocinarle a los hombres y comer las sobras de éstos, no pueden recibir visitas masculinas si se encuentran solas en su hogar, etc., normas todas basadas en la sharia, la ley islámica de conducta.
Es tentador caer en un discurso facilista con todo esto, sin embargo su directora, con maestría, presenta su crítica de forma implícita, pues en ningún momento recurre a la propaganda abierta. No vemos nunca a un hombre abusando, denigrando o menospreciando a las mujeres, al contrario, los dardos que dispara la cinta parecieran apuntar hacia ellas mismas, que son las que incluso parecen justificar tales actitudes, ejerciendo el machismo con sus propias manos e inculcándole a las niñas estas tradiciones y costumbres, a base del Corán, texto sagrado del Islám que se nos presenta como el verdadero protagonista de la película, pues cubre todas y cada una de las escenas, acciones y consecuencias, haciendo un paralelo con la vida misma de un musulmán devoto, y es tratado con un respeto solemne y divino.
Es difícil entonces no criticar el machismo sin caer en una crítica de la religión misma, pero ésta última en ningún momento es puesta en duda, pues Wadjda es una niña devota a quien no le importan los asuntos teológicos, y para ella aprenderse el Corán finalmente es el camino para cumplir el objetivo de pedalar su propia cleta.
Wadjda es una película aparentemente sencilla en lo superficial. No hay
grandes acontecimientos dramáticos y los personajes son personas comunes
y corrientes que son parte de la vida de la niña: su madre, su padre,
su amigo del barrio y su profesora. Pero la cotideanidad de su vida le
permite a su directora presentar un filme que funciona en su núcleo de
dos diferentes formas, dependiendo de cómo el espectador quiera
interpretar los acontecimientos que se suceden ante sus ojos, y el gran
mérito es que estas dos interpretaciones se entrelazan de una forma que
puede dejar contentos tanto a moros como cristianos, en el total sentido
de la palabra.
Ahora, si esto último se hizo por opción o por obligación, es algo para especular, pero lo que sí queda claro es que, sea como sea, su realizadora logra, de una forma inteligente, presentar su crítica de una manera sutil y respetuosa, cierto, pero también contundente, no dejando, ni pudiendo dejar, a nadie indiferente.
Título: Wadjda
Directora: Haiffa Al-Mansour
Guión: Haiffa Al-Mansour
Duración: 98 min.
Año: 2012
País: Arabia Saudita
Idioma: Árabe
Nota: 8/10
Vengo del sitio el antro. Muy buen comentario. Seguire leyendo tus ciriticas de peliculas. Muchas gracias.
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